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El embarazo en la adolescencia y su consecuencia duradera, la maternidad temprana, pueden comprometer el desarrollo del país, ya que tienen efectos negativos sobre la salud, el desarrollo humano y las posibilidades de progreso económico y social de las mujeres. A su vez, estos fenómenos implican costos para la sociedad en su conjunto y para el Estado, puesto que aumentan el gasto público en asistencia sanitaria y social y producen una disminución de los ingresos fiscales. Sus efectos pueden comprometer las posibilidades que brinda el bono demográfico, fenómeno que ocurre cuando la población en edad productiva supera en cantidad a la población en edad dependiente.

El problema que configura el embarazo en la adolescencia es mayor en República Dominicana que en otros países porque registra una de las tasas de fecundidad adolescente más alta del mundo, y la más alta de la región de América Latina y el Caribe. Los resultados del presente estudio indican que el costo de oportunidad del embarazo en la adolescencia y la maternidad temprana en el país fue de 245 millones de dólares de 2018 (equivalente a 12.151 millones de pesos dominicanos). Ese monto representa el 0,29% del Producto Interno Bruto del mismo año. Para estimar dicha cifra y con el objetivo de estandarizar el costo total del embarazo en la adolescencia y la maternidad temprana en República Dominicana, se aplicó la metodología MILENA 1.0, desarrollada por la Oficina Regional del Fondo de Población de las Naciones Unidas para América Latina y el Caribe (UNFPA LACRO). La metodología estima las pérdidas económicas o los costos de oportunidad que supone este fenómeno tanto para las mujeres como para el Estado. Ese impacto se calcula sobre cinco dimensiones: I. Educación, II. Participación laboral, III. Ingresos laborales, IV. Salud e V. Ingresos fiscales.

La consecuencia más inmediata del embarazo en la adolescencia y la maternidad temprana es la interrupción de las trayectorias educativas de las mujeres. En República Dominicana ser madre en la adolescencia duplica la probabilidad de discontinuidad escolar. Ese menor nivel de escolaridad se traduce luego, al incorporarse en el mercado laboral, en un menor nivel de remuneración. Los ingresos de las mujeres que alcanzan un título superior (licenciatura completa) triplican a los de las mujeres que solo tienen educación primaria completa en el país. Como resultado, el costo de oportunidad educativo vinculado al embarazo en la adolescencia alcanzó en 2018, los 138 millones de dólares estadounidenses o 6,850 millones de pesos dominicanos.