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NACIONES UNIDAS, Nueva York. - Jamás había existido un número tan grande de jóvenes y es probable que nunca más vuelva a existir un potencial de progreso económico y social similar; de modo que la forma como abordemos sus necesidades y aspiraciones determinará nuestro futuro común.

Nuestro mundo es el hogar para más de 1,800 millones de jóvenes y la mayoría vive en países en desarrollo. En América Latina y el Caribe hay aproximadamente 111 millones de adolescentes entre 10 y 19 años de edad, de las cuales 55 millones son niñas y adolescentes. Este año, el Fondo de Población de las Naciones Unidas, UNFPA, conmemora el Día Mundial de la Población llamando la atención sobre la situación de las niñas y las adolescentes y la importancia de empoderarlas para contribuir al desarrollo de sus países.

Para que las adolescentes alcancen su pleno potencial, se requieren inversiones claves que contribuyan a que su transición a la vida adulta esté enmarcada en el ejercicio de sus derechos. Se trata de inversiones oportunas y de calidad en las áreas de educación, salud, incluyendo la salud sexual y reproductiva y seguridad, que beneficiarán no sólo a las y los adolescentes que las necesitan, sino también a sus comunidades y países.

"La nueva agenda de desarrollo nos insta a no dejar a nadie atrás. Con el fin de llegar a los más rezagados, los líderes y las comunidades deben centrarse en los derechos humanos de las adolescentes más marginadas y defenderlos, en particular respecto de las que son pobres, no asisten a la escuela, o están sujetas a explotación o a prácticas nocivas, incluido el matrimonio infantil. Las adolescentes más marginadas son vulnerables a tener una salud reproductiva deficiente y están más propensas a convertirse en madres siendo todavía niñas", señala el Dr. Babatunde Osotimehin, Director Ejecutivo del Fondo de Población de las Naciones Unidas.

Esteban Caballero, Director Regional del UNFPA para América Latina y el Caribe, indica que la región se encuentra en el momento oportuno para acceder al dividendo demográfico y una forma clave para lograrlo es a través de la inversión en las niñas y las adolescentes, como catalizadoras del cambio desde sus hogares y comunidades.

"El desarrollo sostenible no se puede lograr sin garantizar antes que todos los hombres y las mujeres, todos los niños, niñas y adolescentes disfruten de la dignidad y los derechos humanos para construir sus capacidades, asegurar su salud, encontrar un trabajo decente y contribuir al crecimiento económico y social sostenible," señaló Caballero.

A efectos de aprovechar este enorme potencial de las y los adolescentes, hacen falta múltiples inversiones interrelacionadas que abran oportunidades de educación, de desarrollo de habilidades y experiencia para una inserción laboral y económica exitosa pero también para construir sociedades democráticas, justas y pacíficas.

Sin embargo, el matrimonio infantil, los embarazos en edad temprana y no planificados, el acceso deficiente a los servicios de salud y la limitada educación frustran la oportunidad de millones de niñas en todo el mundo de desarrollar su potencial, por el solo hecho de ser mujeres.

En América Latina y el Caribe, el 19% de las niñas y adolescentes están unidas o casadas. Uno de los elementos que incide de manera significativa en la situación de vulnerabilidad de las adolescentes es el embarazo no planificado. La región tiene la segunda tasa más alta de embarazos adolescentes del mundo y se estima que casi el 18% de todos los nacimientos corresponden a mujeres menores de 20 años de edad.

El UNFPA apoya los esfuerzos de los países encaminados a empoderar a las adolescentes mediante la protección de los derechos humanos y el acceso universal a la información y los servicios, incluida la atención de la salud sexual y reproductiva. El UNFPA propicia vigorosamente además el fin de prácticas nocivas, como el matrimonio infantil, el embarazo no planificado, sobretodo en niñas menores de 15 años, y la erradicación de la violencia de género. Pero sobre todo el UNFPA promueve en su interlocución con los países la consideración de las necesidades y prioridades de adolescentes y jóvenes en las políticas y la apertura de espacios para que puedan ejercer sus voces y vigilar sus derechos.

En el año 2015, los programas del UNFPA ayudaron a 11.2 millones de adolescentes entre los 10 y 19 años de edad a obtener acceso a información y servicios de salud sexual y reproductiva. Hasta el año pasado, 73 países habían desarrollado o implementado programas de educación integral de la sexualidad que son accesibles a todos los adolescentes, independientemente de que asistan o no a la escuela. De la misma forma, hasta el año 2015, el UNFPA había ayudado a 89 países a desarrollar o instrumentar leyes y políticas para permitir a las adolescentes tener acceso a servicios de salud sexual y reproductiva, independientemente de su estado civil.

Transformar el presente de las niñas adolescentes, asegurándoles su derecho a vivir en condiciones de igualdad y seguridad, requiere de inversiones que les permitan desarrollar todo su potencial y que contribuye de forma directa al crecimiento económico y en el desarrollo social de nuestras naciones.