En todo el planeta, el derecho a la salud de millones de personas se encuentra cada vez más amenazado. Los conflictos, las crisis climáticas y la propagación de enfermedades están causando enorme dolor, mucha hambre, angustia psicológica y muerte.
El derecho a la salud es un derecho humano básico, para todas y todos, en todas partes. Con esto en mente, el tema del Día Mundial de la Salud de este año es “Mi salud es mi derecho”.
Este año también se conmemora el trigésimo aniversario de la histórica Conferencia Internacional sobre la Población y el Desarrollo, en que los líderes mundiales acordaron tomar medidas concretas para poner los derechos humanos, incluidas la salud y los derechos sexuales y reproductivos, en el centro del desarrollo sostenible. Es momento ideal para volver la mirada hacia atrás y rememorar los éxitos de las últimas tres décadas, así como para mirar hacia adelante y encarar los desafíos del mañana.
Y es que, en efecto, a lo largo de los años se han logrado avances importantes: la humanidad es más sana y feliz; la maternidad es más segura; las personas viven más tiempo. Sin embargo, el progreso ha mejorado desproporcionadamente la vida de quienes son más fáciles de alcanzar y, en cambio, ha dejado a muchos miembros de comunidades marginadas excluidos de sus frutos, sin que se haya cumplido su derecho a la salud, del mismo modo que se ha estancado o incluso revertido en algunas cuestiones fundamentales, como las muertes maternas: muere una mujer cada dos minutos debido al embarazo o el parto.
Está claro que el mundo debe priorizar e invertir urgentemente en soluciones basadas en derechos. Con ese fin, los gobiernos deben fortalecer los sistemas de salud para garantizar el acceso universal a medicamentos vitales y una atención de calidad y culturalmente apropiada, de modo que el cuidado de la salud esté al alcance de todas y todos.
El racismo, el sexismo y otras formas de discriminación suelen estar detrás de la desigualdad en el acceso a la atención de la salud. Hacer realidad el derecho a la salud significa tener en cuenta la discriminación en todos los sistemas e instituciones y significa también cerrar las brechas en el acceso a la atención esencial, especialmente la atención sexual y reproductiva. A fin de desafiar los prejuicios y permitir que todas las sociedades prosperen, es fundamental recopilar datos desglosados.
Con muchas leyes y normas que siguen restringiendo los derechos de las mujeres en todo el mundo, las mujeres y las niñas están presionando a sus comunidades y países para que escuchen sus voces y respeten sus deseos. Están recordando a los líderes que cada persona sobre la faz de la tierra tiene derecho al bienestar físico y mental, y que la autonomía corporal es clave para permitir que las personas tomen sus propias decisiones de atención médica.
“La autonomía corporal significa que mi cuerpo es para mí; que mi cuerpo es mío”, declaró la Dra. Natalia Kanem, Directora Ejecutiva del UNFPA. “Se trata de poder, y se trata de decisión. Se trata de elección y de dignidad. La autonomía corporal es la base de la igualdad de género y, sobre todo, es un derecho fundamental”.
El UNFPA está trabajando para lograr el objetivo de la salud para todas y todos, en todas partes, apoyando la atención sexual y reproductiva integral y de alta calidad, lo cual es clave para la salud mundial. Únase a nosotros en el recorrido para lograr la salud para todas y todos. Aquí puede aprender sobre distintas formas en que participar en el Día Mundial de la Salud de la Organización Mundial de la Salud.