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Hace 25 años, en 1994, 179 países adoptaron un Programa de Acción histórico durante la Conferencia Internacional sobre la Población y el Desarrollo (CIPD) celebrada en El Cairo, Egipto. Este programa transformó la forma en que se abordaban los vínculos entre la población, la reducción de la pobreza y el desarrollo sostenible, y colocó los derechos, las necesidades y las aspiraciones de las personas en el centro del desarrollo sostenible. Los 179 países se comprometieron a luchar para alcanzar el acceso universal a la salud sexual y reproductiva para todas las personas a más tardar en el año 2015; a alcanzar tasas de mortalidad infantil por debajo de 35 por cada 1000 nacidos vivos y tasas de mortalidad en niños menores de 5 años por debajo de 45 por cada 1000 nacidos vivos para el 2015; y una reducción del 75% de las tasas de mortalidad materna para el 2015. En el año 2010, la Asamblea General de las Naciones Unidas amplió esta promesa más allá del periodo de 20 años establecido por el Programa de Acción de la CIPD con el fin de “cumplir sus metas y objetivos” plenamente”.

El futuro del desarrollo sostenible está directamente relacionado con el cumplimiento de las aspiraciones de los adolescentes y los jóvenes. Empoderar a los 1800 millones de jóvenes del mundo y liberar su potencial para contribuir al progreso económico y social será fundamental para hacer realidad la visión y la promesa del Programa de Acción de la CIPD y de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible. 

El logro de un desarrollo sostenible, justo e inclusivo debe basarse en acciones que satisfagan las necesidades y las aspiraciones de todas las personas. En consecuencia, los gobiernos, que adoptaron el Programa de Acción de la CIPD hace 25 años y lo reafirmaron en foros y revisiones intergubernamentales posteriores, deberían continuar invirtiendo en su implementación plena y acelerada y apoyar acciones concretas en ese sentido, dentro del contexto general de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible.

Además, para cumplir con los asuntos pendientes del Programa de Acción de la CIPD y permitir la garantía y el respeto de los derechos humanos en todo el mundo, es necesario y crucial fortalecer las organizaciones y los movimientos de la sociedad civil que lo han defendido y trabajado para su implementación. Esto significa que dichas organizaciones, movimientos, instituciones y personas deben poder trabajar libremente en un entorno seguro, incluida la protección activa de los defensores de la salud y los derechos sexuales y reproductivos y los derechos humanos.