Pretensiones. Erradicar la pobreza y lograr un consumo y producción sostenibles.
Por UNFPA-RD
Hoy conmemoramos el Día Internacional de la Juventud, bajo el tema: "El camino hacia el 2030: erradicar la pobreza y lograrla producción y el consumo sostenible", reafirmando y reconociendo el papel central de los jóvenes en la promoción del bienestar de sus familias, comunidades y naciones.
En República Dominicana, el número de adolescentes y jóvenes entre los 10 y 29 años supera los tres millones y medio (3 671 000), 36.44 % de la población total, representando un gran potencial de transformación y desarrollo para el país nunca antes visto.
Sin embargo, hace años que este grupo poblacional se ve afectado por problemas que van desde la falta de acceso a los mecanismos de participación, hasta las dificultades para educarse, trabajar y alcanzar su pleno potencial.
Deserción escolar. La deserción escolar está entre los grandes desafíos que tiene República Dominicana. El mayor índice de deserción escolar se da a nivel básico, 37.5 %, y de quienes concluyen, el 8.4 % decide no seguir estudiando. A nivel medio, 16 % abandona la escuela, y de quienes se quedan, 17.7% no realiza estudios superiores.
Es una situación que se desprende de la pobreza y las desigualdades sociales, pues 58.7 % de los hombres abandona la escuela para trabajar, y 5.7 % porque no hay dinero en el hogar.
El 19.5 % de las adolescentes deserta para hacer los oficios del hogar y 8 % deja la escuela porque se casó o embarazó. En general, sólo 15.4 % de la población que ingresa al sistema educativo llega a la universidad.
Los "ni ni". La baja escolarización y la ausencia de formación técnica dificultan el acceso al mercado laboral, lo que nos lleva al fenómeno de los "ni ni", jóvenes que ni estudian ni trabajan, o como algunos han empezado a autodenominarse, "sin sin", aludiendo a que se encuentran "SIN oportunidades para trabajar", y "SIN oportunidades para estudiar". Esta realidad afecta a 19.7 % de jóvenes entre 15 y 24 años, 66.7 % son mujeres.
La tasa de desocupación ampliada en los jóvenes de 15 a 24 años, es de 28.7 %, 19.4 % para los hombres y 43.8 % para las mujeres. En la población de 40 a 59 años es sólo de 8.8 %. Pero incluso para quienes concluyen la escuela las posibilidades de obtener empleos son pocas, y cuando los consiguen, no les permiten salir de la pobreza.
En este contexto, combinado con las perspectivas de consumo, surge frustración y se estimula el malestar social. Los y las jóvenes tienen dificultad para huir de la violencia y ejercer sus derechos.
Falta educación sexual integral. Por otro lado, persisten limitaciones para que los y las jóvenes reciban educación sexual integral y servicios de salud sexual y reproductiva de calidad, lo que deriva en embarazos precoces, deserción escolar, desigualdad, trabajo informal e incapacidad para asumir la responsabilidad futura de preservar los avances e impulsar el desarrollo político, social y económico del país.
Un 68 % de los y las escolares no recibe ningún tipo de educación sexual, de acuerdo al estudio "Línea basal de conocimientos, actitudes y prácticas acerca de la violencia basada en género en estudiantes de los centros educativos", un esfuerzo conjunto del Ministerio de Educación, el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA) y el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), con apoyo del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF).
Embarazos en adolescentes. Adicionalmente, el porcentaje de necesidad insatisfecha de planificación familiar a nivel nacional es de 11 %, pero en las adolescentes aumenta a 27 % y es mayor en las zonas rurales, donde incluso se han visto letreros que dicen "Solo se entregan métodos a mayores de 18".
Mientras tanto, aproximadamente 27 % de todos los partos, cesáreas y abortos son de niñas y adolescentes entre los 10 y 19 años. La tasa de fecundidad en adolescentes se mantiene sobre 90, duplicando la mundial, que es de 49. RD se encuentra entre los cinco países con más embarazos adolescentes de América Latina.
Violencia basada en género. El estudio de Línea Basal reveló también que 77% de los escolares entienden que muchas mujeres, con su conducta, sacan de quicio a los hombres y por eso estos les pegan.
Este dato expone la aceptación en las escolares de que ellas mismas son causantes de la violencia, que existe justificación, que su génesis está supeditada a la conducta de la mujer y que es excusable.
Uniones impropias. Las uniones impropias entre niñas/adolescentes y adultos son otro fenómeno que requiere la atención de la sociedad, pues 13 % de las adolescentes entra en unión antes de los 15 años y casi 4 de cada 10, antes de los 18. Además, 25.8 % activas sexualmente entre 15 y 17 años reportan tener sexo con hombres diez más años mayores que ellas. En muchos casos esto sucede bajo coacción y violencia, sin mayores consecuencias.
Jóvenes y ODS. Los y las jóvenes son fundamentales para la Agenda 2030 y los nuevos Objetivos de Desarrollo Sostenible, principalmente para acabar con la pobreza en todas sus formas, garantizar una vida saludable, promover el bienestar, conseguir enseñanza inclusiva, equitativa y de calidad, alcanzar el crecimiento económico inclusivo y sostenible y el trabajo decente para todos y todas.
"Los jóvenes ya están impulsando innovaciones en ciencia y tecnología y haciendo elecciones conscientes que influyen drásticamente en los patrones de consumo y producción, para que empresas, organizaciones y gobiernos sean más social y ambientalmente responsables", señala el director ejecutivo de UNFPA, doctor Babatunde Osotimehin.
La niña que hoy tiene 10 años tendrá 25 en el 2030 y en sus manos estará, junto a toda su generación, preservar los avances e impulsar las mejoras pendientes para una mejor República Dominicana.
ZOOM. Uniones impropias que terminan en violencia. Recientemente, un hombre de 61 años ha sido acusado de estrangular a una niña de 12 años con la que tenía relaciones sexuales regularmente "por dinero". Está preso solo después del desenlace fatal.
Las limitaciones en la participación de los jóvenes
Desconocimiento. Los jóvenes no conocen sus derechos ni la Ley de la Juventud 49-00, les falta coordinación entre las entidades públicas, hay exclusión de jóvenes independientes en consejos juveniles e inexistencia de mecanismos de evaluación en relación al cumplimiento de la ley, son algunos de los principales obstáculos para la participación social que quedan evidenciados en las consultas realizadas con grupos juveniles. Las propuestas para hacer frente a esos escollos, planteadas en esos mismos espacios consultivos, incluyen crear mecanismos de difusión de la normativa e incorporarla al currículo educativo, mejorar la coordinación interinstitucional para el diseño de políticas públicas articuladas y distribución de los recursos asignados a temas de juventud, así como crear mecanismos de participación juvenil en los procesos de implementación, monitoreo, seguimiento y evaluación de las políticas públicas.
Inversiones pendientes. Una primera necesidad que requiere inversión estratégica es la de llevar adelante la elaboración y ejecución de un nuevo Plan Nacional de Juventud que permita garantizar el pleno ejercicio de los derechos humanos de los y las jóvenes y aprovechar a largo plazo el bono demográfico.
Igualmente, es vital invertir en educación, salud y en mejorar la situación de las mujeres. Particularmente, invertir en la escolarización y la salud de los y las jóvenes, pues no solo mejora su bienestar inmediato, sino también su empleabilidad, su productividad y sus ingresos.
Este diario publicaba hace un año como parte de su serie "Juventud Hoy": "Los jóvenes dominicanos abandonan el campo: apenas 20 de cada 100 viven allí", haciendo énfasis en que esa situación estaría poniendo en riesgo el relevo generacional para la actividad agrícola y ganadera del país. Esto puede revertirse con inversiones en la juventud centradas en garantizar igualmente el acceso a la educación y a la salud de calidad y en ampliar los medios de vida de acuerdo a la vocación del territorio: agricultura, ganadería, ecoturismo, producción de energías renovables y pequeñas empresas. Con oportunidades en las zonas rurales, la población joven dejará de migrar hacia las grandes ciudades.
Otras inversiones claves en juventud estarían destinadas a reducir los embarazos precoces, detener el matrimonio temprano y las uniones impropias, reafirmar la salud sexual y reproductiva y los derechos reproductivos, prevenir la violencia sexual y basada en género, promover la paridad de género en la educación y mejorar las oportunidades de empleo y la obtención de ingresos.
El Plan Nacional de Prevención del Embarazo en Adolescentes requiere una inversión de 64 millones de pesos anualmente, frente a los $2 103 millones de pesos que se destinan a la atención del embarazo y la maternidad en adolescentes.
Publicado en el periódico HOY.