Declaración de la directora ejecutiva del UNFPA, Dra. Natalia Kanem, con motivo del Día Internacional de la Mujer (8 de marzo de 2025)

Las inversiones en la salud y los derechos de las mujeres y las niñas han cambiado el mundo, acercándonos más que nunca a la igualdad de oportunidades y a una mayor cantidad de opciones. Las mujeres han dado pasos de gigante hacia adelante y no van a dar marcha atrás.

La marcha hacia la igualdad de derechos es imparable y continuará hasta que la igualdad de género llegue a todas las mujeres y niñas en todas partes.

Los compromisos asumidos en la Conferencia Internacional sobre la Población y el Desarrollo de 1994 y en la Cuarta Conferencia Mundial sobre la Mujer de Beijing de 1995 para promover la igualdad de género y el empoderamiento de la mujer dieron inicio a 30 años de progreso, en particular en materia de salud sexual y reproductiva. Activistas y aliados de todas partes del mundo se han movilizado para lograr que la maternidad sea más segura y empoderar a las mujeres con más opciones sobre su fertilidad. Su labor de defensa ha llevado a una abrumadora mayoría de países a aprobar leyes contra la violencia doméstica. 

Estos y otros logros son logros históricos que han transformado la vida de las mujeres. Todos los aspectos del empoderamiento de las mujeres, desde la educación hasta la participación en la fuerza laboral y el liderazgo político, dependen de la base del bienestar y la autonomía que brinda la salud sexual y reproductiva. Y cuando las mujeres y las niñas prosperan, también lo hacen sus familias, sus comunidades y nuestro mundo.

Al liberar el potencial de la mitad de la humanidad, la igualdad de género conduce a sociedades más seguras y prósperas para todos. Esto se afirma en acuerdos vinculantes de derecho internacional de larga data que la mayoría de los países han firmado, y está demostrado por evidencia rigurosa. Sin embargo, millones de mujeres y niñas siguen siendo dejadas de lado: cada tres segundos se casa una adolescente en algún lugar del mundo. No hay un solo país en el mundo que haya alcanzado aún la plena igualdad de género. La inversión en igualdad de género es una fracción de lo que debería ser, aunque sabemos que rendiría billones de dólares en ganancias económicas y beneficios sociales inconmensurables.

Las leyes y regulaciones injustas siguen limitando los derechos y los servicios de atención de la salud no están a la altura de las necesidades. Cada diez minutos, una mujer o una niña muere a manos de su pareja o de un familiar. Esa sola estadística nos dice todo sobre lo poco que se ha avanzado en la lucha por poner fin a la violencia impulsada por la misoginia y la discriminación, y sobre lo que la sociedad decide priorizar.

El aumento de los conflictos armados y los desastres climáticos amplifican los riesgos y las desigualdades, ya que las mujeres y las niñas enfrentan mayores tasas de embarazos no deseados y mortalidad materna, y la violencia y el matrimonio infantil se disparan.

Este Día Internacional de la Mujer es un llamamiento a avanzar, con urgencia y en solidaridad, en favor de todas las mujeres y las niñas en toda su diversidad. A pesar de los numerosos desafíos, hemos visto en nuestra propia vida cuánto cambio es posible, y tenemos de nuestro lado el derecho internacional y los derechos humanos fundamentales. Tenemos ejemplos de cambio y pruebas de los beneficios. Son herramientas poderosas para lograr la igualdad. Utilicémoslas.

El UNFPA seguirá trabajando con socios y aliados, con los gobiernos y la sociedad civil, para defender los derechos de las mujeres. No descansaremos hasta que cada persona pueda tomar sus propias decisiones sobre si tener hijos y cuándo tenerlos. Hasta que ninguna mujer muera durante el embarazo o el parto. La igualdad de género transformará nuestro mundo, para las personas de hoy y de mañana, en beneficio de todos.