El día de hoy, en el que conmemoramos un aniversario más de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, celebramos la plataforma que esta nos ofrece a favor del derecho a la salud sexual y reproductiva, lo mismo que el reconocimiento cada vez mayor de que se trata de un derecho humano fundamental. Este hecho eleva estos derechos y libertades a nuevos niveles.
El número de recomendaciones relacionadas con la salud sexual y reproductiva hechas por el Consejo de Derechos Humanos se ha duplicado en años recientes. Las referencias específicas a temas relacionados con los derechos reproductivos, tales como la planificación familiar y el embarazo en adolescentes, casi se han triplicado. Los diferentes órganos creados a la luz de tratados de las Naciones Unidas también están pronunciándose cada vez más en este sentido.
Estos desarrollos le proporcionan al UNFPA, el Fondo de Población de las Naciones Unidas, una estructura normativa, legal y moral bastante sólida que permite ser enérgicos para actuar de manera decidida cada vez que estos derechos son vulnerados.
Y es esto lo que ya estamos haciendo en muchos lugares del mundo.
En El Salvador, un diagnóstico sobre salud y derechos sexuales y reproductivos realizada con el apoyo del UNFPA en el año 2016 por su Ombudsman Nacional, cambió la forma en la que se percibe el embarazo en adolescentes y la violencia de género, que pasaron de ser vistos como un reto en materia de salud pública a una violación de los derechos humanos de las mujeres y las niñas.
En Malawi, una consulta pública acerca de la salud y los derechos sexuales y reproductivos llevada a cabo por su organismo nacional de los derechos humanos ofreció un espacio para que las mujeres y las niñas pudieran levantar su voz y revelar las situaciones de maltrato que habían vivido al momento de solicitar servicios de salud sexual y reproductiva.
En Azerbaiyán, una evaluación similar llevada a cabo con apoyo del UNFPA por su organización nacional de derechos humanos, reveló brechas entre la legislación y la práctica, además de destacar las dimensiones de esta problemática desde la perspectiva de los derechos humanos. Gracias a ello, pudimos posicionar la salud y los derechos sexuales y reproductivos en la agenda a nivel nacional.
Es por todo ello que el día de hoy, y todos los días, los invito a hacer uso este marco normativo para levantar la voz de manera abierta y decidida con el fin de garantizar los derechos de todas las personas a decidir libremente en todos los ámbitos de sus vidas, sin miedo, discriminación, coacción o violencia.
Dra. Natalia Kanem
Directora Ejecutiva del UNFPA
Mensaje del Día Internacional de los Derechos Humanos
El día de hoy, en el que conmemoramos un aniversario más de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, celebramos la plataforma que esta nos ofrece a favor del derecho a la salud sexual y reproductiva, lo mismo que el reconocimiento cada vez mayor de que se trata de un derecho humano fundamental. Este hecho eleva estos derechos y libertades a nuevos niveles.
El número de recomendaciones relacionadas con la salud sexual y reproductiva hechas por el Consejo de Derechos Humanos se ha duplicado en años recientes. Las referencias específicas a temas relacionados con los derechos reproductivos, tales como la planificación familiar y el embarazo en adolescentes, casi se han triplicado. Los diferentes órganos creados a la luz de tratados de las Naciones Unidas también están pronunciándose cada vez más en este sentido.
Estos desarrollos le proporcionan al UNFPA, el Fondo de Población de las Naciones Unidas, una estructura normativa, legal y moral bastante sólida que permite ser enérgicos para actuar de manera decidida cada vez que estos derechos son vulnerados.
Y es esto lo que ya estamos haciendo en muchos lugares del mundo.
En El Salvador, un diagnóstico sobre salud y derechos sexuales y reproductivos realizada con el apoyo del UNFPA en el año 2016 por su Ombudsman Nacional, cambió la forma en la que se percibe el embarazo en adolescentes y la violencia de género, que pasaron de ser vistos como un reto en materia de salud pública a una violación de los derechos humanos de las mujeres y las niñas.
En Malawi, una consulta pública acerca de la salud y los derechos sexuales y reproductivos llevada a cabo por su organismo nacional de los derechos humanos ofreció un espacio para que las mujeres y las niñas pudieran levantar su voz y revelar las situaciones de maltrato que habían vivido al momento de solicitar servicios de salud sexual y reproductiva.
En Azerbaiyán, una evaluación similar llevada a cabo con apoyo del UNFPA por su organización nacional de derechos humanos, reveló brechas entre la legislación y la práctica, además de destacar las dimensiones de esta problemática desde la perspectiva de los derechos humanos. Gracias a ello, pudimos posicionar la salud y los derechos sexuales y reproductivos en la agenda a nivel nacional.
Es por todo ello que el día de hoy, y todos los días, los invito a hacer uso este marco normativo para levantar la voz de manera abierta y decidida con el fin de garantizar los derechos de todas las personas a decidir libremente en todos los ámbitos de sus vidas, sin miedo, discriminación, coacción o violencia.