Santo Domingo, R. D.- Un día rutinario puede convertirse en un verdadero caos con un simple incidente: que falte esa persona que se ocupa de los cuidados en casa. La rutina cambia de lugar y por un momento no sabemos qué hacer con la limpieza, la comida, los niños/as, personas adultas mayores o personas con discapacidad que requieran de atención en el hogar.
Probablemente alguien en nuestra familia o círculo cercano se dedica a las labores de cuidado y, todos/as en algún momento, hemos dado por sentado este rol cuya demanda aumenta con las décadas. Con frecuencia, esto recae sobre las mujeres que, en promedio, dedican 3.25 horas más que los hombres al trabajo de cuidado y tareas del hogar no remunerado, según datos de la Oficina Nacional de Estadísticas (ONE) del 2018.
Según el Informe Social Mundial 2023 (World Social Report 2023), publicado recientemente por la Organización de las Naciones Unidas (ONU), la demanda de cuidados de larga duración está aumentando debido al envejecimiento de la población y los cambios en la vida.
El número de personas de 65 años o más en todo el mundo se proyecta en más del doble, según el documento titulado “No dejar a nadie atrás en un mundo envejecido”, pasando de 761 millones en 2021 a 1,6 millones en 2050. La explicación para esta irreversible tendencia es relativamente simple: vidas más largas y familias más pequeñas.
A nivel nacional, la ONE estimó que para 2025 las personas mayores de 59 años representarán el 12.5% del total nacional, porcentaje que siguiendo la tendencia aumentaría en 21.4% para 2050.
Más allá de las cifras, el informe de la ONU indica que la ausencia de servicios de atención a largo plazo accesibles y equitativos implica un peaje pesado para las personas de edad, sus familias y sociedades enteras. Además, resalta una realidad conocida para la República Dominicana, y es que las mujeres cargan la mayor parte de los desafíos, ya que representan la mayoría de las cuidadoras remuneradas y no remuneradas.
En concreto, en la República Dominicana las mujeres dedican 31.2 horas semanales de su rutina al cuido en comparación con las 9.6 horas en labores no remuneradas dedicadas por los hombres, analizó la ONE. La diferencia de 21.6 horas es una evidencia de las grandes desigualdades de género en desventaja para las mujeres, en el desempeño de tareas que se realizan sin remunerar y sin reconocimiento social.
Datos de la Ola 2 de la Encuesta Telefónica de Alta Frecuencia (HFPS, por sus siglas en inglés), del Banco Mundial y del PNUD, muestran los cambios en la carga de cuidados tanto para hombres como para mujeres, y cómo esto se relaciona con los cambios en el empleo durante la pandemia. “En promedio, el 43% de las mujeres reportó un aumento en el tiempo dedicado al cuidado de los niños y niñas en 2021, 10 puntos porcentuales más que la porción de hombres que reportó un aumento en el cuidado infantil (33%)”.
La realidad que revelan los datos es lo que motiva a la ONU para alentarnos al replanteamiento de cómo proporcionar el cuidado a largo plazo para favorecer tanto a las personas que se benefician de ellos como a quienes cuidan.
Adelantándose a una respuesta, la República Dominicana tiene la ambición de poner en marcha una Política Nacional Integral de Cuidados que pueda organizar y suplir la demanda de cuidados para niños y niñas, y personas adultas mayores y con discapacidad que requieran de cuidados.
A través del Fondo Conjunto para los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), y las agencias, fondos y programas, del Sistema de Naciones Unidas, PNUD, UNFPA, ONU Mujeres y OIT, apoyan al país en el diseño e implementación de un programa piloto denominado Comunidades de Cuidado el cual contribuye a la puesta en marcha y ampliación de esta Política Nacional de Cuidados en República Dominicana.
Esta política apunta a encontrar soluciones integrales a las necesidades de cuidado de los hogares vulnerables, la promoción de la autonomía económica de las mujeres y el derecho al cuidado de niños y niñas, personas con discapacidad que requieren de cuidados, personas en situación de dependencia y adultos/as mayores. Se han priorizado dos territorios, Azua y Santo Domingo Este, para la implementación del piloto.
Arrancamos este 2023 con el lanzamiento del Programa Piloto en Azua, una provincia donde el 36% de los hogares pobres y vulnerables demandan cuidados; y el 34% de las mujeres en edad productiva reportan que no buscan empleo porque se dedican al cuidado en el hogar, según datos reportados por Supérate.
Para lograr la presentación de esta iniciativa, pasaron meses de trabajo donde los actores locales constituyeron el pilar que hizo posible el inicio de la territorialización de una política pública. Sus objetivos son claros:
1. Fortalecimiento institucional de la mesa local de cuidados y del movimiento social a favor del cuidado en el municipio
2. Promoción de cambio cultural a favor del cuidado
3. Profesionalización del trabajo remunerado de cuido y promoción de oportunidades de empleo formal y digno
4. Ampliación y fortalecimiento de la cobertura y la calidad de los servicios de cuido
La sugerencia del recién publicado informe de la ONU es el camino que se está trazando desde Azua y hacia donde debemos apuntar como sociedad: perseguir un enfoque más equitativo, con perspectiva de género y de derechos humanos, centrado en la persona, que involucre y responsabilice a gobiernos, empresas, sociedad civil, las comunidades y los hogares para avanzar en la implementación de Sistemas Integrales de Cuidados y para transitar hacia una Sociedad del Cuidado que priorice la sostenibilidad de la vida, colocándola en el centro de las políticas para el logro de la Agenda 2030 de Desarrollo Sostenible (ONU Mujeres y CEPAL. 2021).
Azua pasó a convertirse en la primera provincia del país que busca implementar “Comunidades de Cuidado” con el compromiso del gobierno central y más de 10 instituciones públicas que se encargarán de su gestión, pero sobre todo con el apoyo de sus líderes y lideresas que han demostrado un compromiso firma en seguir avanzando en esta tarea para no dejar a nadie atrás.