Para los mil millones de personas con discapacidad en el mundo, la autonomía corporal es un derecho pero no siempre una realidad. Con demasiada frecuencia, las personas con discapacidad quedan desprotegidas frente a la violencia o se les impide tomar decisiones sobre sus propios cuerpos y vidas.
El estigma y la discriminación de género agravan la negación de sus derechos y opciones. Las mujeres con discapacidad tienen hasta 10 veces más probabilidades de sufrir violencia de género y, a menudo, se les impide acceder a información y servicios de salud sexual y reproductiva. Muchos soportan prácticas de atención médica coercitivas, incluida la esterilización y el aborto forzados, así como el trato abusivo.
A medida que el mundo cruza el hito de 8 mil millones de personas y reconoce los avances que han llevado a vidas más largas y saludables, es hora de cerrar las profundas disparidades que aún dejan atrás a tantas personas con discapacidad. Necesitamos crear un ambiente en el que cada persona pueda prosperar libre de barreras a la accesibilidad o cualquier otro obstáculo para realizar su derecho a una vida digna.
En UNFPA, respaldamos la iniciativa "Nosotros Decidimos", un esfuerzo global para incluir y empoderar a mujeres y jóvenes con discapacidad. Junto con nuestros socios, defendemos innovaciones y tecnologías que promueven los derechos de las personas con discapacidad. Con demasiada frecuencia, las personas con discapacidad se quedan en el lado equivocado de la brecha digital. Durante la pandemia de COVID-19, por ejemplo, muchas plataformas de aprendizaje remoto, incluso para la educación sexual integral, no eran completamente accesibles a pesar de que los adolescentes y jóvenes con discapacidades necesitan información apropiada para su edad sobre salud sexual y reproductiva, al igual que cualquier otra persona joven.
La promesa del mundo digital es inmensa. Los teléfonos móviles, por ejemplo, pueden abrir el acceso a información y servicios, brindando beneficios que cambian la vida. Sin embargo, el acceso no es suficiente; debemos asegurar la colaboración y la participación. Reunir a personas con discapacidades con socios tecnológicos para innovar y cocrear soluciones de servicio es parte de nuestro compromiso de atender la llamada: "nada sobre nosotros sin nosotros".
Este es solo uno de los muchos pasos hacia el mundo que queremos, uno que funcione para todos los 8 mil millones de nosotros. Eso no es posible si los más de mil millones de personas con discapacidad se quedan atrás. En este día, volvamos a comprometernos con un mundo donde todos estén incluidos y tengan las mismas oportunidades para prosperar. Hagamos todo lo posible para defender y respetar los derechos, las opciones y la dignidad de todos.