En todo el mundo existen múltiples crisis complejas que se entrecruzan y afectan a la humanidad: desde conflictos hasta la persistente pandemia del coronavirus; desde los impactos climáticos cada vez más grandes hasta los incrementos pronunciados en los precios de las materias primas. Millones de personas han perdido seres queridos, hogares y empleos. Y un número considerable de ellas padecen hambre e inseguridad todos los días, además de carecer de acceso a servicios básicos. Estas crisis y sus consecuencias afectan a las mujeres y las niñas de manera desproporcionada. Sus derechos y opciones a menudo se relegan a la categoría de lo deseable; sin embargo, los servicios de protección y de salud sexual y reproductiva son imprescindibles, ya que salvan vidas.
El Día Mundial de la Asistencia Humanitaria es un recordatorio de que todos tenemos un papel que jugar, y que la única manera de hacer frente a estos desafíos es trabajando juntos. Todos los días, grupos de mujeres, jóvenes, líderes locales, organismos de las Naciones Unidas y organizaciones de la sociedad civil nos muestran el camino, trabajando en la primera línea de las emergencias para construir un planeta más saludable, seguro y equitativo, a menudo bajo circunstancias bastante desafiantes.
El UNFPA se encuentra en el terreno en más de 60 contextos humanitarios para garantizar que todas las mujeres y las jóvenes puedan continuar dando a luz de manera segura o evitar la brutalidad de la violencia por razón de género. En 2021, nuestros equipos proporcionaron servicios de salud sexual y reproductiva a 29 millones de mujeres, además de apoyar 1.5 millones de partos seguros. También proporcionamos atención y protección a 2 millones de sobrevivientes de violencia y mujeres y niñas en riesgo de padecerla, además de difundir información sobre salud y protección entre 75 millones de personas. Defendimos los derechos de las mujeres y las niñas y abrimos canales para garantizar la distribución de insumos de salud reproductiva y asistencia alimentaria y en efectivo.
Pero no podemos hacer esto solos. Anowara alguna vez trabajó como partera en Myanmar y actualmente se encuentra como refugiada en un campamento en la ciudad de Bazar de Cox, en Bangladesh. Pero las adversidades en su propia vida no le han impedido hacer uso de sus habilidades para ayudar a otras personas refugiadas. Como partera voluntaria en un centro de salud que opera en dicho campamento, ha traído al mundo a más de 300 bebés de manera segura y también se ha asegurado de que sus madres asistan a consultas prenatales de manera regular. La determinación de heroínas humanitarias como Anowara trae esperanza a las mujeres y las niñas en una emergencia.
Con la intensificación de una serie de crisis en muchas partes del mundo, las demandas y las solicitudes de financiación siguen creciendo. La acción humanitaria es más vital que nunca, aunque aún se requieren miles de millones de dólares para llegar a aquellas personas que más lo necesitan. Las personas dedicadas al trabajo humanitario enfrentan graves amenazas y riesgos a menudo agravados por limitaciones de acceso; estos héroes y heroínas cotidianos necesitan todo nuestro apoyo para operar de manera segura y eficaz.
En este, el Día Mundial de la Asistencia Humanitaria, y todos los días, debemos trabajar juntos para empoderar y apoyar a todas aquellas personas que necesitan protección y asistencia humanitaria, además de garantizar un mundo más resiliente, inclusivo y sostenible para todos.