Buenos Aires, Argentina – “La clave para aprovechar el bono demográfico, o el impulso al crecimiento económico que puede ocurrir cuando los países tienen una gran población en edad de trabajar, con menos dependientes, es permitir a los jóvenes ejercer sus derechos humanos y tener la oportunidad de alcanzar su pleno potencial”, sostuvo la doctora Natalia Kanem, Directora Ejecutiva del UNFPA, Fondo de Población de las Naciones Unidas, durante el evento paralelo Cooperación Sur-Sur para potenciar a la nueva generación – Aprovechando el bono demográfico, que se llevó a cabo en el Museo de Arquitectura y Diseño. El espacio tuvo por objetivo celebrar el 25 aniversario de la adopción del Programa de Acción de la Conferencia Internacional sobre la Población y el Desarrollo (CIPD) y como parte de las acciones camino a la Cumbre de Nairobi.
Este evento se realizó en el marco de la Segunda Conferencia de Alto Nivel de las Naciones Unidas sobre la Cooperación Sur-Sur, que se extiende hasta el 22 de marzo y que cuenta con la participación de cerca de 1.500 personas de los 193 Estados miembros de la ONU.
De esta mesa participaron, asimismo, dos representantes jóvenes Alima Drame de Senegal y Juan Carlos Lezcano de Paraguay; Nofrijal, Secretario Principal del National Population and Family Planning Board de la República de Indonesia; Adnene Ben Haj Aissa, Director Ejecutivo de Partnerts in Population and Development, co organizadores de este evento. Esteban Caballero, Director Regional para América Latina y el Caribe del UNFPA; Mabingue Ngom Director Regional de África Occidental y Central. La moderación estuvo a cargo de la doctora Gabriela Agosto, Secretaria Ejecutiva del Consejo Nacional de Coordinación de Políticas Sociales de Argentina.
La doctora Kanem remarcó que aprovechar el bono demográfico no es una tarea automática. “Para cosechar el bono demográfico, los gobiernos necesitan empoderar, educar y emplear a sus jóvenes a fin de que contribuyan significativamente no solo a su bienestar económico, sino también al de sus familias, comunidades y países. Esto significa invertir en salud y educación de las y los jóvenes para que puedan acceder a las oportunidades de empleo. Significa garantizar que las adolescentes estén protegidas contra las prácticas nocivas y el matrimonio precoz, que ponen en peligro su salud, educación y desarrollo y su capacidad para contribuir al desarrollo nacional”, sostuvo.
La Cooperación Sur-Sur es reconocida como una herramienta efectiva para optimizar los beneficios de los países desarrollados. “Estamos convencidos de que es un verdadero acelerador del desarrollo”, afirmó Ngom resaltando el vínculo intrínseco entre los derechos reproductivos y los derechos de las y los jóvenes.
Para los jóvenes es preciso tomar medidas urgentes. Alima es consciente de que la importancia de la igualdad de género entre los sexos es clave para un desarrollo equitativo y sostenible. “Necesitamos apostar al fortalecimiento e implementación de las políticas públicas que guardan directa relación con adolescencia y juventud e implementar medidas que aborden problemáticas específicas que afectan a esta población etaria, como por ejemplo transferencias condicionadas, capacitación para el primer empleo, mayor acceso a planificación familiar para poblaciones vulnerables”, destacó Juan Carlos, Juanki, integrante del Consejo Consultivo Adolescente y Joven del UNFPA en Paraguay.
A criterio de Caballero, si bien es relevante hablar de bono demográfico hoy es fundamental detenernos en otra perspectiva conceptual, la de curso de vida. “Cualquier sociedad necesita tener un enfoque integral durante todo el curso de vida de las personas y en las inversiones que en ellas realiza”, apuntó sin dejar de rescatar que adolescentes y jóvenes, y su importancia estratégica, son válidos en cada economía y situación sociodemográfica que hacen de la inversión en esta franja etaria un aspecto clave.
Tanto la Agenda 2030 como el Programa de Acción de la CIPD parten de la premisa de que el desarrollo económico debe sincronizarse con el desarrollo humano, y con la sostenibilidad del medio ambiente y sus recursos naturales. Esto implica, entre otras cosas, entender que la cooperación hoy en día, más que ayuda monetaria, quiere decir diálogo, alianzas y partenariados. Éste es el espíritu del debate que propone UNFPA y que pone en el centro a las y los jóvenes.