Declaración de la directora ejecutiva del UNFPA, Natalia Kanem en el Día Mundial de la Estadística
20 de octubre, 2020
Una estadística no es solo un número, esta cuenta una historia humana. Habla de la salud, el bienestar, los problemas y perspectivas humanas, así como las circunstancias socioeconómicas. Cuando se colectan y analizan bien, las estadísticas pueden potenciar el desarrollo sostenible e identificar a aquellos en riesgo de ser dejados atrás.
Celebramos el Día Mundial de la Estadística en un momento en que la data confiable y oportuna se necesita más que nunca. Afortunadamente, la tecnología ha incrementado de manera exponencial la posibilidad de análisis estadísticos que nos ayuden a entender y tomar acción respecto a cuestiones existentes y tendencias emergentes.
En 2020, a pesar de la pandemia de COVID-19, muchos países están conduciendo censos nacionales de 10 años y por primera vez muchos se van a apoyar en data geoespacial. Una combinación de información demográfica y geográfica puede visualizarse en mapas de manera que cualquier persona puede ver dónde se están satisfaciendo las necesidades y dónde no. Los mapas pueden mostrar, por ejemplo, exactamente dónde es más común la ocurrencia del matrimonio infantil o la mutilación genital femenina, y dónde los servicios, las leyes y el gasto necesitan ser robustecidos para alcanzarles.
Sin esta información, los presupuestos de las personas marginadas se quedan por debajo del promedio de alcance nacional o regional y generalmente permanecen inadvertidos e injustos.
La data geoespacial es solo una entre varias de las nuevas herramientas poderosas de la estadística. Pero no viene sin riesgo. Es posible usarla para ayudar a las personas a mejorar sus vidas y hacer cumplir sus derechos. Es igualmente posible tomar la data para enfocarse en ciertas personas para la persecución. Los grupos que sufren largos legados de discriminación pueden querer ser visibles pero tambien se encuentran justamente atemorizados de las consecuencias.
Debemos ser capaces de confiar en que las estadísticas nos dicen la verdad. Es necesario dar ciertos pasos para asegurar que la data es precisa, consistente y completa, y que nos muestra el panorama completo. Al mismo tiempo, debemos ser capaces de confiar en cómo las estadísticas son usadas y que el proceso respeta la privacidad y previene la discriminación.
Hoy es momento de hacer un llamado a estadísticos, gobiernos y aquellos que lideran la innovación tecnológica a que aseguren que la data que generamos sea precisa y refleje las historias humanas detrás de cada número. Con mejor data tendremos un mejor entendimiento de los retos que las personas están enfrentando y de cuánto estamos avanzando para mejorar sus vidas y proteger sus derechos.