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Comunicado del Dr. Babatunde Osotimehin, Director Ejecutivo del Fondo de Población de las Naciones Unidas, UNFPA, en el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer.

Estamos en el 2016, y aún una de cada tres mujeres en el mundo experimenta o ha experimentado alguna forma de violencia física o sexual, usualmente perpetrada por alguien que conoce. Más aún, millones de mujeres y niñas han sido sometidas a otras formas de violencia y prácticas dañinas, como la mutilación genial femenina que afecta a un estimado de 200 millones de mujeres y niñas, o el matrimonio infantil que afecta a una de cada tres niñas menores de 18 años en los países en desarrollo.

Las consecuencias que tiene la violencia para la salud son enormes e incluyen discapacidades permanentes, traumas psicológicos persistentes, embarazos no deseados y complicaciones asociadas con abortos forzados o no seguros. La exposición y el temor a la violencia privan a las mujeres y niñas de sus derechos a la educación, a la salud y a medios de vida decentes.

Proteger a las mujeres y a las niñas de la violencia y las prácticas dañinas no sólo es un imperativo moral y de derechos humanos, sino que es una medida crítica para el desarrollo social y económico de las naciones. La Agenda 2030 y los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) apuntan a lograr un crecimiento inclusivo y equitativo que no deje a nadie atrás. Pero cada día, millones de mujeres y niñas son rezagadas por las fuerzas de la violencia que evitan que desplieguen todo su potencial en sus vidas. Y esa disminución en su potencial a su vez, amenaza con obstaculizar el progreso hacia la consecución de los ODS.

Detrás del flagelo de la violencia y de las prácticas nocivas contra las mujeres se encuentra la desigualdad de género. La igualdad de género es un requisito previo para la plena realización de los derechos humanos de las mujeres y las niñas, y para el adelanto y el bienestar de las personas, las familias, las comunidades y los países.

El UNFPA trabaja para eliminar la violencia de género en países de todo el mundo, muchos de los cuales están afectados por conflictos o desastres naturales y donde el riesgo de violencia contra mujeres y niñas es alto. Sólo el año pasado, el UNFPA invirtió más de $93 millones de dólares en la prevención y la respuesta a la violencia de género, y las prácticas nocivas en los países en desarrollo y en situaciones de crisis humanitaria.

Lamentablemente, la discriminación contra las mujeres y las niñas sigue siendo omnipresente en todas las sociedades. Es uno de nuestros mayores obstáculos para el desarrollo socioeconómico. Las necesidades no atendidas son inmensas. Es por eso que en este día, en el UNFPA, renovamos nuestro compromiso de hacer todo lo posible para poner fin a la violencia contra las mujeres y las niñas, y hacemos un llamamiento a todos nuestros asociados para que se unan en el compromiso de convertir la violencia contra las mujeres y niñas en una situación del pasado.